María del Rosario García Rodríguez
Evelyn nació en 1991 en Piedras Negras, fue una niña grande y saludable, con piel clara y cabello castaño. Se casó a los 14 años y a los 16 tuvo a su hijo, aunque la relación duró solo unos años. Tras la separación, Evelyn trabajó incansablemente en varios empleos para mantener a su hijo, contando con el apoyo de la familia de su ex pareja. Evelyn siempre se esmeraba por cuidar a su familia, especialmente a su hijo. Su hermana Olga también tuvo una relación temprana y después, como Evelyn, trabajó para criar a su hijo. Ambas hermanas se apoyaron mutuamente, fortaleciendo el vínculo familiar a pesar de los retos.
Evelyn fue la primera mujer. Nació en Piedras Negras el 31 de enero de 1991. Todos mis hijos nacieron pesando alrededor de cinco kilos y 800 gramos; ella no fue la excepción. Fue parto natural. Yo opino que es muy bonita… ¿pero qué más puede decir su madre? Mis hijos, todos, están bonitos.
Su piel es aperlada, el cabello castaño; le gusta pintar y arreglarse. Se casó a los 14 años y a los 16 tuvo a su primer bebé; su pareja, Irem Yair, tenía 17 años. Duraron dos o tres años y después se separaron. Ella comenzó a trabajar para sacar a su hijo adelante.
A pesar de que estaban separados, Evelyn llevaba al niño con la mamá de Irem para que lo cuidara. Ella quería mucho al bebé, por lo que aceptaba cuidarlo; incluso, en ocasiones, para que mi hija pudiera salir. La familia de él también vivía en Piedras Negras.
Evelyn estudió hasta primero de secundaria. Le gustaba la escuela, pero con el tiempo se van formando una mentalidad, comienzan a pensar y a interesarse en otras cosas. A veces, uno solo puede aconsejarles lo que está bien o mal, pero ellos comienzan a tomar sus propias decisiones.
Se esmeraba mucho para poder sacar a su hijo adelante. Al igual que yo, tenía varios trabajos: lo mismo limpiaba casas que atendía una zapatería o le ayudaba a una dentista; lo que saliera era bueno. Su vida era muy normal: yo le permitía tener amistades, pero si salía siempre tenía que regresar. Jamás noté que anduviera en malos pasos; nuestra vida era muy normal, como la de cualquier familia.
Con hermano mayor, Raúl, nunca tuvieron problemas. En ocasiones tenían que quedarse en la casa solos, mientras yo salía a trabajar.. Debía de salir a las nueve para llegar a tiempo a mi trabajo, y regresaba hasta las seis o siete de la noche. Todos se portaban muy bien, no se peleaban y se procuraban entre sí. Los más grandes, que eran hijos de mi esposo de relaciones anteriores, cuidaban a sus hermanos pequeños.
En la casa somos cristianos, pero Evelyn comenzó a ir a la iglesia católica, donde le hablaban de la palabra de Dios. Después de un tiempo decidió bautizarse; si no mal recuerdo, lo hizo a los 13 años en una ocasión que fueron de vacaciones a Matamoros con la familia de él… pienso que su decisión tuvo que ver con que se fue desde muy chica con su pareja.
Le gustaba comer de todo, no tenía una especialidad favorita. Aunque las sodas, los fritos y todas esas chucherías le encantaban. Sí le gustaba la música, arreglarse y ponerse tacones, aunque nada muy exagerado. Todo normal.
Olga pesó lo mismo que sus hermanos: cinco y algo, casi seis kilos. A todos les hicieron pruebas para saber si eran diabéticos, pero ninguno tuvo ese problema. Ella era un poquito más rebelde y presumida, quería más de lo que le tocaba.
Poco después de que nació Olga, quedé embarazada de Juliana. A la primera le daba coraje porque quería ser la preferida y sentía celos de su hermana recién nacida. Recuerdo que cuando estaba enojada le decía que no era su hermana, porque Juliana es morenita y Olga, como todos mis otros hijos, son de piel aperlada. Se llevaban apenas un año de diferencia. Iban juntas a la escuela y, tal y como pasaba en la casa, allí también se peleaban. Siempre que le compraba algo a una la otra quería lo mismo. Si por cualquier razón tenían cosas diferentes, se las quitaban; tenían muy claro lo que era de cada quien. Ellas dos fueron las que más me hicieron batallar. Pero en el fondo se llevaban bien, tenían sus diferencias, pero no dejaban de cuidarse.
Olga se fue junto con Evelyn. No recuerdo qué edad tenía cuando empezó a salir con aquel muchacho. Me parece que Olga duró con él cinco años. Lo que sucedió es que yo no simpatizaba mucho con él, y no le permitía a mi hija venir a visitarme. Cuando se separó de aquel hombre, vino a la casa a decirme que se pondría a trabajar para sacar adelante a su hijo.
Olga vivió cerca de dos años conmigo y después se fue a vivir con otra de sus hermanas, Brenda, quien ya vivía con su esposo y tenía un hijo. Olga siempre contó con el apoyo de sus hermanas; incluso de Brenda, que es su media hermana.
Evelyn decidió irse de la casa de su papá, y junto con ella también salieron Olga y Juliana. En esa casa sólo estuvieron 15 días. Y aunque estaban solas, me mantenía al pendiente de ellas, les llevaba algo de despensa para que no les faltara nada.
Olga Alicia y Evelyn Rosalinda Herrera García desaparecieron el 31 de diciembre de 2012 en Piedras Negras, Coahuila.